Fernando Montes Pazos y su obra escrita. Tertulia en el Gran Café esta tarde 31 de enero a las 19:45 horas.
Modera el escritor, filósofo y profesor Miguel Ángel Castro Merino.
Pie Ediciones / ¿Aún no has leído Eros versus Caronte?
DIÁLOGO DE BESUGOS ENTRE EROS, CARONTE Y UN HUMILDE LIBRERO:
(Un librero lee atentamente la prensa en la trastienda de su librería, aprovechando que no hay clientes. Una noticia le llama poderosamente la atención).
LIBRERO.- ¡Qué raro! Dicen que en las últimas semanas no se ha muerto nadie. Ni tampoco ha habido enlaces matrimoniales. Las funerarias y las tiendas de vestidos de boda están al borde de la quiebra. Me pregunto si habrá alguna relación entre los dos temas.
(En eso se oye el tintineo de la campana que hay colgada junto a la puerta de la tienda, para avisar de la entrada de los clientes. El librero acude solícito a atenderlos y da un respingo al percatarse de que son nada menos que Eros y Caronte los que acaban de entrar en su local).
EROS.- Buenos días ¿No tendrá por casualidad un par de ejemplares de «Eros versus Caronte»?
LIBRERO.- Por supuesto. Ahora mismo se los traigo. (Mientras se los coloca en sendas bolsas de plástico). Disculpen la curiosidad pero… ¿Eros y Caronte no son ustedes?
CARONTE.- En efecto. Lo que pasa es que hemos oído hablar tanto de este dichoso libro, que no resistimos la tentación de leerlo. La gente no para de pedirme autógrafos en el submundo. Así que me dije a mí mismo: «Tengo que saber yo también de qué va».
LIBRERO.- Muy bien. Pues son dieciocho euros (tan solo). Pero díganme… ¿Van a tardar mucho en leerlo? Lo pregunto porque, al parecer, las estadísticas de enamoramientos y defunciones están descendiendo de modo preocupante.
EROS (acercándose con Caronte a la salida).- Que cojan un par de sustitutos de las listas del paro, que buena falta hace. Nosotros ya tenemos la vida resuelta… (Mirando a Caronte). Bueno, en tu caso, la muerte ¡Con Dios, buen hombre!
LIBRERO.- ¡Que tengan un buen día! (Encogiéndose de hombros y mirando al público, una vez que se queda solo) Ya lo saben: hagan como ellos y lean «Eros versus Caronte». Llegarán a la conclusión de que, para vivir así, es mejor no morirse nunca.
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