Arte en el Camino.
Fundación Merayo
14 de junio 20 h
Hasta el 31 de octubre de 2024
El dia 14 de junio la Fundación Merayo invita a los leoneses y a cuantas personas lo deseen, a vivir el ritual público del arte con motivo de la inauguración de su undécima temporada en Santibáñez de Porma. La Fundación oferta, como en anteriores ocasiones, un extenso programa de actividades culturales: conferencias, encuentros literarios, recitales de poesía y música, junto a las habituales exposiciones de artes plásticas y visuales distribuidas por sus sugerentes espacios.
Los Escultores centran buena parte de la atención acompañando al visitante con su obras, distribuidas por el patio y espacios interiores. Están presentes importantes nombres de la escultura leonesa que se expresan con un rico repertorio de técnicas, estilos, géneros y temas: Antolín Álvarez Chamorro, posicionado dentro de la tradición clasicista en sus aspectos formales y temáticos; Carlos Cuenllas, se afianza en las corrientes consolidadas de la escultura contemporánea: construcción sintética, materiales aleatorios, mutación de los temas tradicionales, espacialidad en los emplazamientos; Mariano Gutiérrez propone un conjunto de obras que giran en torno al individuo con sus experiencias vitales alienantes y la lucha por su superación; encontramos el realismo desbordante del animalario de Cosme Paredes, deudor en su configuración plástica de los sistemas de estructura geométrica; las esculturas abstractas de Pope de Paz que bascula entre el lirismo y el expresionismo al que contribuye el material; sendas obras de Jesús Pombo de los Arcos y Javier Robles resueltas en ambos casos dentro de la figuración, con lenguajes y estéticas diferentes: El Pollo de corral de Pombo, cuyo esquema figurativo tradicional en el que introduce elementos irónicos, provoca un choque visual con ecos neodaístas. mientras que en el Sin techo de Robles priman los volúmenes netos y marcadas aristas que ponen el acento en la narración y en la esencialidad del contenido. Juanjo Feral, fiel a si mismo, lanza una figura metálica que es puro dibujo en el aire. Elena Campos utiliza el arte textil para encontrar un modo personal de expresarse artísticamente, haciendo que materiales tradicionalmente de otros ámbitos le permitan dialogar con la escultura, como la magnifica obra que aquí expone. Del techo de la capilla pende la Sta Teresa que Nicolás Coderch realizó en malla metálica. Todo un símbolo de espiritualidad.
Instalación: Cristina Ibañez expone “Postigo” compuesta de varias piezas: puerta de madera recuperada e intervenida con pirograbado y piedras de jardín. Pilar Fornes, “Egeria”, interpretación del viaje de esta mujer que en la Alta Edad Media viajó desde el Bierzo a Jerusalén relatando sus percepciones .
Fotografía y Artes Plásticas : Expone Fernando Tuñón, la serie “Agua”. El agua, su curso -el discurrir- y discurso -su esencia-, metáforas de la vida, protagonizan los paisajes acuáticos en los que retrata la calma y la tensión de sus superficies o el estruendo de la caída libre. En las fotografías realizadas con la cámara muy próxima la sensación líquida se trasforma en masas compactas y misteriosas potenciadas por la elección del blanco y negro. La serie “Personas” de Luis Canal es un trabajo que insiste en el individuo, en el mundo que hay detrás de cada rostro, de cada mirada, de cada expresión corporal. Ha fotografiado a personas de diferentes países de Europa buscado complicidad aun con la espontaneidad en el disparo. El ser humano es el centro de la fotografía de Luis Canal del que es un verdadero especialista. La fotografía de Clara Blanco presenta una “Feria de Abril” inusual, fuera de los tópicos, retratándola en blanco y negro y escogiendo momentos y situaciones singulares.
Elena Montaña parte de un uso exquisito y sensible de los materiales para conformar sus acuarelas y delicados collages, realizados con fibras naturales y papel artesanal. Obras sin referencias figurativas, a pesar de que cierta disposición de sus elementos conlleva sugerencias paisajísticas, que junto a los tonos neutros y la tendencia al monocromatismo induce a pensar en lo oriental. Dos obras de abstracción expresionista y la introducción de objetos aleatorios ponderan esta muestra.
Fiona Morrison se expresa en diferentes medios: pintura, instalación, fotografía, vídeo…For You es el nombre de la presente muestra, dedicada a la figura de su padre, el pintor inglés John Morrison. En ella la nostalgia es el punto de partida para construir collages en los que convocar la memoria del hogar mediante las lineas infantiles y arquetípicas de una casa, dibujada sobre cromatismos dulces y suaves. La alusión se afianza con la presencia de cuerpos celestes, “estrellas”, en formas plásticas metafóricas que brillan sobre idealizados campos azules.
Roberto Díez, pintor leonés residente en Madrid expone Off-sett, serie de diez collages que deslumbran con su poderosa presencia plástica, y en la que el papel fragmentado coloniza el espacio mediante un proceso creativo que conlleva las acciones de destruir/construir, en consecuencia, generar una nueva realidad. Son obras que, en su conjunto, se adecúa formal y conceptualmente a territorios procedentes de las vanguardias históricas y otros surgidos en las décadas de los cincuenta y los sesenta, bien asimilados por el artista, entre ellos los cromatismos planos del off-set o los campos semánticos que introducen los recortes de prensa y las letras aleatorias.
De Ángela Merayo se exhibe la serie La Albera/Mediterrànea en la que con símbolos geométricos y materiales pétreos se evocan diferentes culturas y pueblos que han poblado el Mediterráneo: fenicios, íberos, griegos, romanos etc., y que han transformado el paisaje y la cultura. Persiste en estas pinturas la relación con la naturaleza que Ángela Merayo ha mostrado habitualmente en sus trabajos y se permite la utilización de un cromatismo especial, alegórico y bello con el que enfatizar el rojo de los atardeceres mediterráneos y los abisales y amargos azules de sus profundidades.
Ángel Cantero exhibe Per Viam. Muestra de pintura en estado puro. Se expone en la capilla, convirtiéndola en un espacio/paisaje mágico que proporcionará a quien lo visite una experiencia analógicamente inmersiva en un mundo místico medieval. En sus imágenes conviven símbolos y ciencia: aparece la serie Fibonacci, en el lugar preeminente del retablo, cual predela, mientras en la pared contraria sitúa los cuatro estados de la materia: aire, agua, tierra y fuego, que se reflejan en el mundo interior del hombre. Y como una constante la idea de azar, lo imprevisto y mistérico: dados, cartas, laberinto… y la luz bañando todo el conjunto.
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