Madre e hijo se enfrentan a una situación extrema donde se cuestionan valores que surgen en tiempo de crisis. La tragedia se acerca irremediablemente a Olivia,que rememora su pasado haciendo un sincero ajuste de cuentas con su marido, madre, amistades, médicos, y con todos aquellos que presumen de ser normales, como políticos, profesionales y deportistas con éxito. Sobre ellos Olivia se plantea si son más normales que su hijo Eugenio, un jo- ven con síndrome de Down. Finalmente, ¿quién es normal en esta vida?
Al igual que Job, Olivia también ajusta cuentas con Dios, quejándose de la cruel vejez que se lleva poco a poco órganos vi- tales que le permitían vivir dignamente.
A pesar del latente suicidio, la obra quita hierro a la tragedia, es decir no la dra- matiza ni la melodramatiza con discursos sentimentaloides, Olivia ya pasó esa eta- pa. Ahora se enfrenta a la mecánica de lo prosaico, lo ordinario. Esto sería análogo a un suicida que duda de la resistencia de la soga y tiene problemas para hacer bien el nudo corredizo.
Ayuda a esta desdramatización la participación ingenua de Eugenio que sin querer abre una alternativa
a la enésima hora obligando a Olivia a pensar si no hay otra solución o al menos postergarla. Al nal, cuando todo está decidi- do y encaminado, salta la sorpre- sa para ella y lógicamente para el espectador.
Es una obra actual dentro del marco de la corrupción política, terrorismo, alcoholis- mo juvenil, inseguridad ciudadana, de la que se desprende otra pregunta, ¿quién es realmente feliz, una persona que pare- ce tener éxito o un joven como Eugenio?
REPARTO
Olivia: Concha Velasco
Eugenio: Hugo Aritmendiz / Rodrigo Raimondi
Ficha Artística
Autor: Herbert Morote
Diseño de iluminación y escenografía: Francisco Leal Música original: Mariano Díaz Diseño de vestuario: Lorenzo Caprile Prods. ejecutivos: Jesús Cimarro / Amparo Martínez Dirección:
Jose Carlos Plaza
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