Diario de León. E. Gancedo / Septiembre negro arranca con un relato sobre Steve Prefontaine, el atleta de medio fondo que lo ganaba todo cuando competía en Estados Unidos, y se cierra con un cuento sobre el hombre que no pudo vencerle. Entre ambos, el escritor y redactor de este periódico Carlos Fidalgo despliega toda una colección de historias que sucedieron de verdad, relatadas como si fueran una ficción narrativa, y que se adentran en las zonas oscuras del Olimpismo, «con la masacre de los once atletas israelíes asesinados en los Juegos de Múnich 72 como una sombra que se va cerniendo sobre todo el libro hasta llegar al clímax de los tres cuentos que relatan el secuestro desde el punto de vista de las víctimas y de quienes iban a vengarles», recuerda el autor, ganador del Premio Tiflos con estos textos y que hoy en el Club de Prensa del Diario de León presenta la obra, ya publicada por la editorial Edhasa.
Puños en alto
«Éste es un libro donde importan los gestos —destaca Fidalgo— ; un puño en alto con un guante negro para denunciar la discriminación racial en los Juegos de México; un brazo extendido con el saludo nazi, al que estaban obligados todos los atletas alemanes en los Juegos de Berlín 36 o un brazo que se encoge, el de una nadadora de la Alemania Oriental que no quieren que la utilicen como instrumento de propaganda del comunismo». Pero también el gesto del boxeador gitano Johann Trollman, que dejó en evidencia la pretendida superioridad de la raza aria, o de Lutz Long, «que se fundió en un abrazo con Jesse Owens, el nieto de un esclavo, cuando el altleta de Ohio le ganó en la prueba de salto de longitud de Berlín a pesar de ser el arquetipo del atleta aria y de que los ojos de Hitler estaban clavados en él», recuerda.
Además, hay espacio en el libro para hablar de lugares y tiempos más cercanos, como la España de los años sesenta y setenta, cuando Mariano Haro «pasó de competir con los mozos en las fiestas de los pueblos del altiplano palentino a desafiar a korrokolaris vascos en un ruedo». El barrio de Queens, mosaico de razas, «en los años en los que Bob Beamon, récord del mundo en salto de longitud en México, salía de la marginalidad gracias al atletismo». Y la Rumanía de Ceacescu, la invasión de Hungría por los tanques del Pacto de Varsovia, la Primavera de Praga, la Perestroika… el libro recorre toda la historia del siglo XX a partir del deporte. «Pero el deporte sólo es el telón de fondo», advierte Fidalgo.
Al final, el libro habla «del miedo a la muerte, que nos acecha a todos, y de duelos épicos con pinceladas de humor. Y de cómo las víctimas de la intolerancia están en todas partes». Así, una de las historias más recientes la protagoniza un atleta palestino en busca de un salvoconducto que le permita salir de la franja de Gaza y competir en los Juegos de Pekín 2008….
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